Entre algunas de sus declaraciones Benavides ha destacado que "No me quedaba sitio para tender en mi casa, y ahora tengo una purrá"; "todas mis amigas van a venir a jugar al poker y a cantar puntos cubanos juntas".
La nueva propietaria de esta pequeña isla ha estado hablando con constructoras y empresarios para crear, en una zona de la isla, un centro turístico compuesto de diferentes casinos, bares de comida casera y hoteles, para recibir algunos ingresos con los que mantenerla.
Además, Catalina ha decidido prohibir la entrada a hombres en su propiedad porque "a los hombres sólo les interesa una cosa y no se la voy a dar". Por lo que estos servicios serán destinados sólo y exclusivamente para mujeres y ningún hombre será bienvenido.
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